Anna Palomes

UN POCO DE Mí

Soy Anna, mujer, madre, psicóloga y psicoterapeuta integradora humanista. Me encanta pasear por la naturaleza, me gusta hacerlo en las diferentes estaciones del año, disfrutando de los colores, olores y temperatura de cada una de ellas. Me gusta leer y sentir el olor que desprende el libro la primera vez que lo tengo en mis manos. Me gusta la música, escucharla, bailarla, oírla y reconocer que ha formado parte de mi vida desde siempre.

Empecé a trabajar en residencias para personas mayores, acompañando a estas personas en los últimos años de su vida. Después de diez años escuchando historias de vida, observando y compartiendo sus inquietudes y preocupaciones me di cuenta de que necesitaba formarme más para entender un poco más, para encontrar las respuestas que me faltaban.

Desde siempre me he sentido fascinada por las motivaciones humanas, por cómo siendo tan iguales somos tan diferentes. Estudié psicología para entender, para encontrar respuestas a todas las preguntas que tenía, para conocer cómo nuestra historia nos ha llevado a donde estamos. Encontré algunas respuestas pero en mi opinión sabía que esto no era todo, que había algo más que aún no había conocido.

Esta nueva inquietud me llevó a realizar el Máster de Psicoterapia Integradora Humanista en el Institut Erich Fromm. Esta formación permitió poner la pieza que me faltaba para dar sentido a mi forma de entender el mundo, la vida y de vivir. He seguido formándome desde esta perspectiva, dando valor a una visión más holística de la persona, sin necesidad de fragmentarla y poder mirarla como un todo.

Todo este bagaje profesional, formativo y personal me permite acompañar, con pasión y mucho respeto a aquellas personas que eligen el camino del bienestar psicológico y el crecimiento personal. Poniendo una mirada atenta en el momento presente para poder vivir de forma plena y feliz. Creo esencial poder decidir cada instante desde la conciencia y mirar a todo nuestro transitar por la vida con amor y respeto. Me siento profundamente agradecida de poder compartir a diario mi pasión y de poder aprender constantemente de las personas que acompaño.

Me llena el corazón saber que hay personas que conscientemente deciden compartir su dolor, su historia y su vida conmigo para que las dos juntas podamos buscar los recursos necesarios para fluir por la vida.