Ana Rosa Fuente

Etimológicamente, psicoterapia significa tratamiento o sanación del alma, entendiendo alma como la auténtica esencia de la persona. Pues así entiendo yo la psicoterapia, acompañar a la persona en ese camino del autodescubrimiento.  Además, la psicoterapia permite mejorar el bienestar. Es un espacio y tiempo exclusivo para que la persona recupere el equilibrio personal. Un acompañamiento para afrontar el malestar, preocupaciones y estados emocionales que no permiten avanzar. 

​Las circunstancias de la vida me han llevado a estudiar la mente humana e interesarme por las emociones, pensamientos y conductas de las personas, en plena madurez, aunque siempre he tenido esta inquietud de entenderme a mí y a los demás.

He tenido una infancia, podríamos decir “dura”, viviendo desde primera fila la enfermedad mental de una hermana, y lo que ha supuesto este hecho a mi familia de origen. Desde joven he hecho un proceso terapéutico que me ha ayudado a superar esas heridas. Lo que cada vez me ha hecho sentir más libre, encontrarme a mí misma, poder saborear la parte más agradable de la vida, y disponer de herramientas para aquellas circunstancias indeseadas. 

Ahora, orgullosa de mi trabajo personal, deseo acompañar a otras personas en sus procesos de cambio, de entender que les pasa desde su mirada, y de facilitar la toma de conciencia de la manera de afrontar las situaciones para poder cambiar aquello que no les permite estar bien. De seguir caminando por la vida con la plenitud de su propio ser, conociéndose más y mejor a sí mismas y con una mirada de ilusión hacia el futuro.